miércoles, 29 de febrero de 2012

SiiCiiLiiA!!!

En la Conferencia de Casablanca (enero 1943) se decidió la invasión de Sicilia. Churchill estaba totalmente convencido de que era el siguiente paso que debía darse. Asistieron a la reunión Roosevelt, Giraud y De Gaulle. Finalizada la expulsión de las tropas del Eje del norte de Africa, en la zona quedaba emplazado un elevado número de efectivos aliados. Durante la primavera y comienzos de verano se llevó a cabo un continuado ataque aéreo. Las fuerzas navales aliadas impusieron un bloqueo infranqueable. El 11 de junio capituló la isla de Pantelaria, con lo que quedaba abierto el paso por el canal de Sicilia. En la noche del 9 de julio, paracaidistas y tropas aerotransportadas descendieron sobre Sicilia y, al amanecer del día siguiente, las fuerzas invasoras desembarcaban en el extremo sudoriental de la isla. El VII Ejército norteamericano desembarcó en las cercanías de Licata y Gela. El VIII Ejército inglés alcanzó la costa oriental en el trecho comprendido entre cabo Passero y Avola. Una incursión aérea norteamericana fue severamente dañada por fuego amigo de la Marina. A causa de este revés, explicado por el corto alcance de las comunicaciones, Patton recibió algunas duras palabras de Eisenhower que se disiparon con la toma relámpago de Palermo. La población de la capital acogió a las tropas de Patton como a libertadores llegados de América, destino preferido de una elevada emigración siciliana. Aunque la isla se hallaba defendida por una guarnición de 400.000 soldados del Eje, los italianos, que formaban el grueso de las fuerzas, opusieron débil resistencia y la defensa recayó sobre una fuerza alemana de tres o cuatro divisiones. No se realizó ningún intento serio para defender toda la isla. Los alemanes se concentraron en la defensa de la línea montañosa que cubría los accesos a Messina, centrada en torno a la base del Etna. El VIII Ejército vio contenida su tentativa de avanzar en la costa oriental y Montgomery desplazó su presión al ala izquierda con un ataque sobre el centro de la línea del Etna. Mientras tanto, las tropas norteamericanas se lanzaron sobre la línea y se unieron al ataque contra las posiciones principales del Eje. Para el 6 de agosto la línea del Etna había sido rota y los alemanes se batían en retirada. Ocupada Messina el 17 de agosto, toda la isla se encontraba en manos de los aliados.

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